Empeñoso y perseverante, pero sobre todo amante de la creación artística, Dino Samoiedo posee un emblema tan exclusivo como exótico en tiempos de consumismo y endeudamiento exacerbados. Es el único galerista privado en Viña del Mar, además de coleccionista impenitente y profundo admirador de la pintura chilena.
Su gran aventura se llama “Modigliani”, la galería ubicada en 5 Norte 168 que acaba de cumplir 17 años, que avanza a grandes zancadas hacia la mayoría de edad y que se ha consolidado entre las importantes del país a fuerza del tesón y la vehemencia que caracterizan a su dueño.
“No soy académico, pero soy documentado”, declara este Quijote de ascendencia italiana que se convirtió sin transición de empresario en coleccionista y gran conocedor de la plástica nacional a mediados de los años 80, y que derivó más tarde en galerista con todo el riesgo que eso implica en una región donde el mercado del arte es, a lo menos, restringido.
A partir de ese compromiso ha compartido y hecho amistad con las más importantes figuras de la plástica regional y nacional, así como con destacados críticos y estudiosos. Y su labor en el terreno de la difusión artística -también ha editado libros- le ha valido los más diversos reconocimientos.
DE ANTOLOGÍA
- ¿Qué lo motivó a sacar adelante este proyecto?
“La idea fue contar con un espacio para mostrar lo mejor de la pintura chilena, y a la vez para la difusión de otras manifestaciones artísticas, desde la fotografía hasta la escultura. La inauguramos el 13 de julio de 1991 en la calle Valparaíso, interior de la galería Fontana”.
- “Modigliani” ha exhibido recordadas exposiciones. ¿Cuáles han sido para usted las de antología?
“Las de Mario Carreño, Roberto Matta, Nemesio Antúnez, Ricardo Irarrázaval, Carmen Silva, José Balmes, Reinaldo Villaseñor, Delia del Carril, Roko Matjasic, Ana Cortés, Pacheco Altamirano, Enrique Zañartu”.
- Usted fue amigo de Carmen Silva. ¿Cómo la recuerda?
“Ceo que su obra se distingue por su expresividad, su pasión y por la denuncia social que conlleva. En lo humano era una persona amistosa, de gran vitalidad, de una energía que contagiaba”.
- También publicó un libro sobre ella.
“Sí, fue el primer libro que edité, se llama ‘Correspondencias’. Ahora preparo una exposición antológica de su obra, para noviembre”.
- Además de otros libros.
“El primero lo edité solo, y en los siguientes tuve el apoyo de la Facultad de Arte de la Universidad de Playa Ancha. Son ‘Villaseñor en la memoria’, sobre Reinaldo Villaseñor, cuya exposición presentamos aquí y después llevé al Museo Nacional de Bellas Artes; y ‘Grandes creadores contemporáneos’, una selección de artistas de los años 60. Ahora preparo en conjunto con la UPLA “Visión poética de pintores chilenos”
INICIOS Y FAVORITOS
- ¿Cuál fue el primer cuadro de su colección?
“Se lo compré a un pintor de Villa Alemana, ya fallecido, Santiago Hurtado Neira. Después, la Casa Mori fue un referente para mí, al igual que los libros de pintura chilena, que constituyeron una valiosa guía”.
- ¿Y quiénes son sus pintores favoritos?
“A riesgo de omitir a alguien, yo diría que Reinaldo Villaseñor, Carmen Silva, René Tornero y Adolfo Couve”.
- Como buen coleccionista habrá sufrido por una obra que no pudo ser suya.
“Por dos grabados: uno de Francis Bacon y otro de Rufino Tamayo”.
- ¿Qué es lo que más valora de sus muchos viajes?
“La posibilidad de ver obras distintas y de los maestros de la pintura, y regresar oxigenado para seguir adelante. Ahora vengo llegando de Europa y visité muestras de Klimt y Schiele en Viena; una retrospectiva de Modigliani y otra de Picasso en Madrid, y obras de El Greco en Toledo”.
- Hay que salir de Chile para ver obras cumbre de la pintura universal.
“Desgraciadamente aquí no se han comprado obras de los grandes. Y en estos momentos hay gráfica disponible en los mercados”.
VER Y APRENDER
- A la hora de las evaluaciones, ¿cómo ha sido esto de dedicarse al arte?
“Yo me siento realizado en este trabajo, aunque a veces me demanda grandes esfuerzos. También me gustaría que en nuestro medio hubiera más interés por la creación artística, pero igual me siento feliz de hacer lo que me gusta y aportar dentro de mis posibilidades a la ciudad”.
- ¿Qué le diría a la gente que no va a las exposiciones porque no entiende de arte?
“Que vaya y mire, porque así se aprende. Y muchas veces lo importante no está en la materialidad de una obra sino en lo que su contemplación provoca en la persona”.
